EL TERCER TEMPLO

Estudios por Jorge L. Colón
Cortesía de la Asociación Evangelística La Respuesta de Jesucristo, Inc.



EL PRIMER TEMPLO Y SU DEVASTACION

Cuando aún el primer templo de los israelitas (conocido tambien luego como el Templo de Salomón) no habia sido construido sino que se acercaban a Dios por medio del Tabernáculo de Reunión, tambien se acostumbraba a llamársele templo a dicho tabernáculo. 1 Samuel 1:9; 3:3.

Antes que el primer templo fuera construido, el rey David reunió un gran cúmulo de riqueza para su edificación, siendo su hijo Salomón, quien usando y sumando a dicho cúmulo de riqueza dejada por David, procedió a edificar el primer templo por mandato y elección de Dios:

   1 Cro. 29:1 "Después dijo el rey David a toda la asamblea: Solamente a Salomón mi hijo ha elegido Dios;
   él es joven y tierno de edad, y la obra grande; porque la casa no es para hombre, sino para Jehová Dios."

Según 2 S 24:18-25 el rey David compró la era de Arauna el jebuseo y construyó allí un altar. En este lugar consagrado fue donde su hijo Salomón edificó el templo en el año 957 a.C. El sitio preciso se ha identificado con la extensa explanada que está al nordeste de Jerusalén y que se conoce como Haram esh-Sharif o "noble santuario", y donde hoy se alza la Mezquita de Omar o "Cúpula de la Roca", uno de los más importantes centros de veneración musulmana.


De esa manera Salomón comenzó a edificar casa a Jehova (el Templo de Dios) y terminó la obra en siete años, según el pasaje bíblico:

   1 Rey. 6:38 "Y en el undécimo año, en el mes de Bul, que es el mes octavo, fue acabada la casa con todas
   sus dependencias, y con todo lo necesario. La edificó, pues, en siete años."


Pero llegó el momento en que de manera simultánea se adoraba legítimamente al Dios de Israel en otros templos, como en el templo de Arad en Israel y la historia bíblica nos dice que al pasar el tiempo sucedieron muchas cosas que condujeron al pueblo de Israel en desobediencia y Dios permitió la devastación de dicho primer templo por parte de sus enemigos terminando en ruinas, y esto, en la invasión del imperio de Babilonia.

En el año 621 a.C. el rey Josías instituyó sus reformas religiosas y como parte de este movimiento unificó el culto en el templo de Salomón, y a partir de entonces se prohibió adorar a Dios en otro lugar que no fuese Jerusalén. Poco después, en el año 587 a.C., con ocasión de la segunda deportación a Babilonia, los ejércitos babilónicos, al mando del mismo emperador Nabucodonosor, destruyeron y arrasaron el templo de Salomón.

EL SEGUNDO TEMPLO Y SU DESTRUCCION

Los datos históricos narrados en la Biblia nos demuestran que Dios no se olvidó de su pueblo sino que hizo provisión para que dicha desvastación al primer templo recibiera restauración. Y al cabo del cumplimiento de los años de la cautividad babilónica, y cumpliendo su promesa de levantar un rey futuro profetizado por el profeta Isaias (Isaias 44:26-28) que diera el permiso de dicha restauración, Dios cumplió su palabra y por decreto del rey Ciro de Persia el segundo templo fue reedificado, aunque en tiempos de angustia. Esdras 1:2; Daniel 9:25.

Cuando los cautivos regresaron de Babilonia, construyeron, tras muchas dificultades y demoras, un nuevo templo que quedó terminado en el año 516 a.C. La empresa la dirigió ZOROBABEL, príncipe de la casa real de David, a quien las autoridades persas encomendaron la tarea. La distribución de este segundo templo era fundamentalmente la misma que la del templo de Salomón, con el vestíbulo, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo, pero no había comparación posible en cuanto a lujo y calidad arquitectónica.

En este segundo templo el Lugar Santísimo estaba vacío. El arca del pacto, según escribe el historiador Flavio Josefo, la habían destruido los ejércitos babilonios. Y en el Lugar Santo, donde antes el templo de Salomón tenía diez candelabros, tenía solamente un candelabro de oro de siete brazos. Este templo fue el que el rey seléucida ANTÍOCO IV Epífanes saqueó y profanó con la "abominación desoladora", una estatua de Zeus ante la cual ordenó ofrecer sacrificios de cerdos (Dn 8.12-14; 9.27; 10.31). Fue este templo el que también los príncipes macabeos reconquistaron de sus opresores sirios y lo reconsagraron al culto del Dios de Israel.

Y fue precisamente ese segundo templo el que el rey Herodes el Grande (conocido como Antipáter}, el que mandó a matar a los pequeños de Belén y sus alrededores (Mateo 2:13-16), tratando de recuperar el favor de los judios, reconstruyó espléndidamente dicho templo y contribuyó mucho a embellecer a Jerusalen (según el historiador judio Josefo -libros: Antiguedades y Guerras de los Judios).

Los trabajos ordenados por Herodes comenzaron en el año 19 a.C. y, aunque el trabajo principal duró nueve años y medio, las obras de terminado y retoque se prolongaron hasta el año 62 d.C. (Jn 2:20).

Como era de esperarse, el templo, que llegó a ser llamado "de Herodes", seguía la estructura básica del de Salomón, pero era mucho más grande, además de que las explanadas en torno al templo se extendieron de manera que las terrazas del templo incluían tres atrios. El primero, accesible a todos, se llamaba "atrio de los gentiles" y quedaba separado del atrio anterior por un borde de piedra en el que aparecían inscripciones en griego y latín que anunciaban la pena de muerte para el gentil incircunciso que se atreviese a traspasar este límite. Al este y al sur el atrio de los gentiles contaba con hermosos pórticos que se llamaban "Pórtico de Salomón" y "Pórtico Real" (Jn 10.23; Hch 3.11).

En la parte más recóndita de esta inmensa estructura, estaba el templo con las tres partes tradicionales del vestíbulo, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. Y en la esquina noroeste de estos recintos sagrados Herodes construyó la famosa fortaleza conocida como Antonia, en honor a Marco Antonio de Roma.

Se ha dicho que la fortaleza alta en la esquina noroeste del área del templo de Jerusalén, de la cual se hace mención en Nehemias 2: 7.2, fué Juan Hircano el que la reconstruyó y más tarde Herodes el Grande la fortificó y le dio el nombre de "Antonia". Era cuadrada, tenía cuatro torres y servía de palacio y castillo. Gabata, donde Jesús compareció ante Pilato, puede haber sido el patio central de la fortaleza Antonia (Jn 19.13), o el Pretorio (Mateo 27:27; Marcos 15:16; Juan 18:28,33; Juan 19:9; Hechos 23:35; Fil. 1:13). De ella salieron los soldados romanos para rescatar a Pablo, y desde sus gradas este habló a la multitud (Hch 21:31-34; 22:24; 23:10, 16). Dicha fortaleza fué destruida en el año 70 d.C.

Tal era la belleza de ese segundo templo que los mismos discípulos, al salir Jesús del templo juntamente con ellos, se detuvieron para mostrarle a Jesús los edificios del templo y las hermosas piedras que lo adornaban, a lo que Jesús respondió: "¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada." Mateo 24:1, 2; Marcos 13:1, 2.


(Continuará en breve...)


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